"Don
Emilio y el Caballo del Tío Matute"
Texto recogido de "ESTAMPAS ARANDINAS
Sulidiza"
El acontecimiento tuvo lugar en la primera corrida de nuestras
Fiestas Patronales del año 1892.
En aquellos años no se habían inventado los petos,
y los caballos de los picadores tenían que enfrentarse
con los toros completamente indefensos, a cuerpo limpio.
Era rara la corrida en que más de uno -y de dos- recibían
"gloriosa muerte" en el ruedo. Y de
los que no quedaban "para el arrastre" (nunca mejor
empleada esta frase), a más de uno se le veía con
su "sarta" de intestinos colgando, que desde luego,
en el patio de caballos, se encargaban de introducirlos taponando
el boquete con puñados de estopa, que con un ligero cosido
volvían de nuevo al "campo de honor" para dar
vida en holocausto de la fiesta nacional.
Puede comprenderse que los caballos que se destinaban a aquél
menester eran "del desecho". Claro
que sus dueños no los entregaban así como así,
voluntariamente, sino percibiendo una cantidad previamente estipulada,
devolviéndolos el contratista si lograban quedar íntegros.
Aquél citado año de 1892, próximas ya las
fiestas, llegó a Aranda el contratista de caballos para
reclutar los necesarios para las dos corridas.
Indagando quién podría proveerle de aquella "mercancía"
se enteró de que un señor llamado Claudio,
apodado "el Matute" y casado con la tía
Anastasia, tenía un viejo jamelgo que le podía
interesar.
..... Historia Completa .....
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